Está roto el grifo de la cocina.
Hace un mes estaba roto. Y hace dos meses también. Hoy esta mas roto que nunca y mañana también lo estará. Y yo no puedo componerlo. No puedo evitarlo. No es que no quiera, es que no se como. Y si no se como, simplemente no puedo.
El agua escapa como el tiempo. Y los dos duelen al irse. Con las manos no basta, así que pongo un recipiente debajo. Gota a gota se llena hasta que se desborda. Igual que el tiempo. Los días como gotas. Cada día me va llenando y en cierto día me desbordo.
Y siempre vivo preocupada, por el agua y por el tiempo. Cuando lo que en verdad deseo es abrir el grifo al máximo. Y dejar escapar agua y tiempo. Y que así como no he de contener las gotas, tampoco he de contener los días.
Dejar ir.
Dejarse ir.
Dejar pasar.
Dejar y parar.
martes, 22 de marzo de 2011
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